Es como gritar, pero nadie puede oírlo. Nadie te hace caso y las cosas giran a tu alrededor. Y no las puedes parar. Porque la bola de nieve va cuesta abajo y las palabras siguen ahí, flotando en el aire. Como si pudiera verlas y leerlas salir de tus labios. Y en tus labios luchan por salir los reproches y las frases que hieren y los consejos. Y callas. Porque, en esta vida, para bien o para mal, todos hemos callado. Callamos para no dañar.
Pero, muchas veces, cuando callamos, es cuando más daño hacemos.
Airie.
domingo, 10 de marzo de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
Hace falta valor.
Ayer fui valiente. Ayer, con un nudo en el estómago que aún tengo y el corazón a mil por hora, hice lo que tanto tiempo llevaba esperando. Me planté y tuve valor de enfrentarme a sus ojos y presencia. Una vez hecho, volví a ser un corderito. De otra forma, me salió el tiro por la culata. Pero me quedo con que por fin puedo enfrentarme a cosas así, aunque no sé si volveré a repetirlo.
Yo sólo quería tener alas y, en lugar de eso, me estrellé contra el suelo.
Airie
Yo sólo quería tener alas y, en lugar de eso, me estrellé contra el suelo.
Airie
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