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domingo, 27 de enero de 2013

Hace falta valor.

Ayer fui valiente. Ayer, con un nudo en el estómago que aún tengo y el corazón a mil por hora, hice lo que tanto tiempo llevaba esperando. Me planté y tuve valor de enfrentarme a sus ojos y presencia. Una vez hecho, volví a ser un corderito. De otra forma, me salió el tiro por la culata. Pero me quedo con que por fin puedo enfrentarme a cosas así, aunque no sé si volveré a repetirlo.
Yo sólo quería tener alas y, en lugar de eso, me estrellé contra el suelo.


Airie